Un cartel con unas pocas leyendas y un par de buenos nombres. En total, cuarenta y seis conciertos se desarrollaron desde el 6 de noviembre hasta el 4 de diciembre en los teatros Fernán Gómez, Circo Price y Conde Duque
Comenzaba en el Teatro Fernán Gómez con la actuación destacada del cubano Omar Sosa y el sardo Paolo Fresu. Sosa, pianista y maestro de la fusión, que combina elementos afro-cubanos, modernidad y electrónica deambuló con el italiano por la profundidad de los sonidos de su nuevo trabajo conjunto de free-jazz-fusión Alma. Disco reflexivo, melódico y sentimental.
Hasta dieciséis formaciones resonaron en ese mismo escenario. En el Auditorio Nacional, además de la gran esperada y ecléctica Patti Smith, tocó el pasado domingo uno de los prodigios de la escuela de los sesenta, el pianista norteamericano Chick Corea. Se acompañó de Brian Blade a la batería y Christian McBride al contrabajo. Músico con una estrecha relación la música española y sobre todo con el flamenco, con una formación jazzística y clásica de gran versatilidad.
Leyenda desde su participación en el disco conceptual de Miles Davis 'Bitches Brew'.
Además, el jazz llenó toda la ciudad a través del programa Jazz con Sabor a Club, promovido por un total de dieciséis salas con música en directo de Madrid.
Este año ha brillado por el desequilibrio entre los integrantes del cartel, y la falta de veteranos de este género, puesta en relieve el 15 de noviembre en la Sala Riviera por la cara comercial de la segidora de Bob Dylan. Una agenda de bastante poco peso en relación con la edición del año pasado, que nos trajo innombrables como Brad Mehldau, Joshua Redman, Larry Grenadier o Pat Metheny.